Sabía que el doctor Victor Guerrero-Ayuso estaba muy mal de salud. Desde hace unos años, sufría las consecuencias de una cruel enfermedad -como todas, ¿que enfermedad no es cruel?- que le ofuscaba su natural ímpetu y vigor. Uno nunca se acostumbra a una noticia de esta naturaleza. Víctor se ha ido. Pero nos ha dejado su recuerdo como persona, nos ha dejado su inteligente sentido del humor, y nos ha dejado una obra intelectual y académica inmensa. Nos ha dejado algunos de sus proyectos sin terminar. Y nos ha dejado la responsabilidad de recordarle como uno de los arqueólogos más activos y productivos de las Islas Baleares. Sus libros, sus artículos, tocan casi todos los aspectos de la prehistoria. Desde los orígenes y primera ocupación de las islas, hasta la romanización. Son referentes obligados sus estudios y publicaciones sobre el calcolítico, la edad del bronce, la primera edad del hierro, el impacto púnico en Mallorca, los santuarios postalayóticos, los ritos funerarios en la prehistoria, y sobre todo, especialmente interesante en sus últimos años, el análisis y estudio de los artilugios náuticos y la navegación en la prehistoria, siendo uno de los referentes nacionales e internacionales en esta materia. Nos deja un segundo libro sobre la materia casi terminado. Y todo ello gracias a su enorme capacidad de trabajo, a su facilidad a la hora de escribir, y a su capacidad de ordenar datos, conceptos e hipótesis.
Víctor ha embarcado en su último navío. Lo imagino en la proa, junto a la acroteria de cabeza de toro talayótico, oteando en lontananza, navegando con destino a poniente a explorar nuevos mundos con su infinita curiosidad y su energía ciclópea. Buen viaje, maestro. Bon viatge, amic meu. Et seguirem trobant a faltar.
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Victor, accediendo a la Cova des Pas, en Ferreries, ayudado por Josep Riera.
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